Motos tronando por el ciperespacio
En los inicios de los años noventa, la ‘época dorada’ de los videojuegos de las compañías españolas empezaba a decaer, en especial para las máquinas de 8 bits. Empresas importantes como Dinamic, Opera o Topo intentaron el salto a los 16 bits con suerte dispar, pero nunca consiguiendo el mismo nivel que habían tenido en años pasados. Los primeros pasos en estas hermanas mayores no pasaban por ser ports casi directos usando la limitada paleta CGA. Pocos títulos aprovecharon la potencia de las tarjeta gráfica VGA que empezaba a despuntar. Zona 0 era uno de los que permitía poder disfrutarse a más de 16 colores.
El argumento nos sitúa en un espacio virtual similar a la clásica película TRON (de hecho inicialmente fue bautizado con el nombre de ‘Troner’ mientras se intentaba negociar con la difícil Disney). Durante 15 circuitos debemos enfrentarnos a los rivales en esta competición de motos de luz. EL último en quedar sobre la parrilla será declarado el vencedor y podrá pasar a la siguiente fase.
Sólo puede quedar uno
Proyectado con vista isométrica, manejamos nuestra moto en 4 posibles direcciones. Utilizando el botón de disparo conseguiremos acelerar nuestro bólido, con esto podremos adelantar a los rivales pero también nos será más complicado maniobrar nuestro vehículo. Nada más empezar la partida un mensaje nos indica en el circuito del que empezamos. Con una cuenta regresiva, empezamos en la Zona 14 ante rivales sencillos; nuestro objetivo será progresar por todas los circuitos hasta salir victorioso de la Zona 0.
El juego fue publicado en una etapa cuando los títulos se desarrollaban tanto para 8 como 16 bits. El objetivo era llegar al máximo número de jugadores, pero también tenía el inconveniente que, a veces, no se aprovechaba todo el potencial. No se invertía suficientes horas para aplicar mejoras y sobre todo, para familiarizarse con estas nuevas máquinas. La versión de PC se nota un producto apresurado al que le faltaban por refinar algunos detalles. A veces aparecen algunos glitches, mostrando coches en pantalla donde no se encuentran realmente; algunos problemas de borrado en el mini mapa y una respuesta del teclado no tan fina como exigía el juego. Aún así, el juego invitaba a pasar horas de diversión imitando a Kevin Flynn en la rejilla de programación.
Los rivales
Para añadir variedad al juego, los enemigos no siempre serán igual. Al inicio nos enfrentaremos a motos similares a la nuestra donde sólo va variando lo ‘inteligentes’ que son. Unos se limitarán a hacer su camino sin evitar obstáculos mientras que otros irán buscando cada resquicio posible para no acabar estrellándose con las estelas. Más adelante aparecerán otros tipos, capaces de dejar estelas intermitentes, que suben o bajas o incluso en forma de rampa que podremos utilizar para volar unos instantes por los aires. Un mapa en miniatura en la esquina inferior derecha nos dará una vista rápida de la situación, pero no conviene mantener mucho tiempo la atención ahí pues los circuitos se encuentra repletos de obstáculos que debemos esquivar a cada instante.
Para ayudarnos en la tarea de completar el juego, nuestra gran aliada van a ser las vidas extra. Con forma de una pelota que va botando, cada vez que pasemos sobre ella nos obsequiarán con un intento adicional. Muchas de ellas se encuentran cerca del inicio de la zona, por lo que un buen consejo es que nuestra primera tarea sea cogerla; así no importará que arriesguemos después, pues el contador de vidas quedará igual. La disposición inicial de las zonas y rivales es siempre la misma; por lo que ayuda memorizar cada circuito, en especial la localización de las vidas extras. También es una ayuda que el juego marca ciertas Zonas como checkpoints, de manera que tras el Game Over empezaremos desde esa zona en vez de la inicial. El inconveniente es que no parece haber manera de decidir esto a nuestra elección, por lo que si queremos volver al principio habrá que cargar de nuevo el juego.