«A la parrila sale mejor»
El auge de los miroordenadores domésticos hacía crecer nuevas empresas dedicadas a este nuevo producto. También empresas consolidadas veían en esta nueva vía un método más de promoción. Así nació «Whopper Chase», una colaboración entre Burger King y ERBE. Con cada menú de la conocida hamburguesa, se le obsequiaba al consumidor con una cinta con el videojuego. Curiosamente, en ella iban las 4 versiones de los ordenadores principales de España: Spectrum, Amstrad, MSX y Commodore. Una ventaja para los privilegiados que tuviesen más de una computadora; algo engorroso para los que le tocaba avanzar la cinta hasta encontrar el inicio de programa para la suya.
La Creación en 7 días
La realidad tras el juego es que es más una curiosidad que un buen juego. Aunque esto tiene su explicación, pues la fecha límite que tenían los desarrolladores para terminar el juego era de una sola semana. Con unos gráficos en común, los programadores se pusieron a trabajar en paralelo, cada uno en un sistema, hasta que sonara la bocina para tener que enviar a producción.
El resultado es un juego bastante simple, pero que siempre nos recordará a aquella época por ser un hito histórico entonces. La mecánica es bien sencilla pues se trata de ir eliminando a los numerosos enemigos que van apareciendo. Tras eliminar un cierto número de enemigos, caerá una parte del logo de la conocida cadena de comida y podremos pasar a la siguiente pantalla para repetir el proceso conseguiendo otra parte del logo diferente. (Aunque según la versión, puedes recibir todas las partes del logo en la misma pantalla; también cambia el número de partes a recoger). Una vez que tengamos todas las partes del logo, nos podremos acercar al cliente para darle la hamburguesa (¿o somos nosotros mismos la hamburguesa que se va a comer?)
versión Commodore
No era muy habitual que las compañías españolas desarrollasen juegos para el ordenador americano. Pues les era más fácil programar en spectrum (el ordenador que más rápido se implantó en España) y luego hacer adaptaciones para Amstrad o MSX, pues compartían el mismo procesador. En cambio, Whopper Chase también tuvo versión para Commodore y quizás eso se note en la inexperiencia de algunos aspectos que comentaremos en cuanto a bugs y errores. Pero pudimos contar con la música de Gominolas, de las pocas veces que se prodigaba con el SID.
Las prisas por tener el juego acabado a tiempo lastra la jugabilidad del mismo. Con un correcto apartado gráfico (y bastante colorido) ya le veíamos ciertas costuras al solo disponer de unos pocos efectos de sonido, además de ver que el mapeado del juego es bastante corto. Al seguir jugando descubríamos otros errores que nos podían frustar pues nos hacían perder vidas de manera injusta. En ocasiones parece como si se trabase nuestro disparo cuando suenan los fxs. También tenemos la aparición de enemigos justo cuando estamos al borde para pasar de pantalla; algo que por desgracia era bastante habitual entonces. Pero justificación tiene el morir al entrar a una nueva pantalla sin que hubiese ningún enemigo en la cercanía ¿combustión espontánea?
Pero no todos los errores iban a ir en nuestra contra. También se produce otro curioso; si estamos disparando y dos enemigos chocan entre sí, uno de ellos muere aunque la bala esté en otro lugar totalmente diferente. Esta colección de errores hace que el juego sea bastante complicado de superar, al menos si queríamos hacerlo bien. Ya jugando en la actualidad con una mentalidad más adulta, nos hace ver que en vez de ir enfrentándose a los enemigos es más recomendable encontrar en cada pantalla un lugar donde nos sea propicio ir eliminando a los enemigos sin ponernos en riesgo. De esa manera podremos ir recogiendo el logo más fácil y completar nuestra ardua tarea.