Museo Arcade Vintage (Ibi, Alicante)

14 de Septiembre de 2019. Me dirijo a Ibi al Museo Arcade Vintage para disfrutar un sábado de ensueño.

Desde que abrió sus puertas hace poco, era una visita que tenía pendiente dada la cercanía. El que hoy tuviese programada una charla sobe la herramienta DAAD terminó por decidirme. Tenía curiosidad por conocer esta magnífica utilidad con la que Aventruas AD hizo juegos yan entrañables como la Aventura Original o la trilogía Maya que empezó con Cozumel.

Antes de empezar mi relato, he de subrayar que mi intención no era ver todo el museo sino ir simplemente acercándome a lo que me llamara la atención. Por lo que habrá un montón de cosas que seguramente se me han pasado desapercibidas, además intencionadamente para así volver en posteriores visitas; la idea era disfrutar a cada momento sin verme en la ansiedad de probarlo todo.

¿Cómo llegar?

Las indicaciones para llegar al lugar son exactas, en la propia web o en el correo de notificación cuando reservas viene el punto geográfico para que lo incorporemos a nuestro navegador. Sin embargo, me costó algo encontrar el edificio, creo más bien preso de mi propio nerviosismo. Hoy son fiestas locales y algunas calles están cortadas. También estoy esperando ver la icónica fachada de la antigua fábrica de juguetes Ricó y no la veo; así que dejo el coche cerca de la entrada oeste de Ibi pues el navegador me indica que estoy a escasos 500 metros. Conforme me acerco andando al punto GPS, ahora sí me doy cuenta de un enorme cartel anunciando el Museo Arcade Vintage en el lateral de un edificio y comprendo mi error; la fachada aparece a nuestra espalda si venimos en coche por esta entrada al municipio.

Exposición de Azpiri

Acaban de abrir las puertas, una pareja entra justo delante mía. Vienen de Bilbao, no me parece ninguna locura venir desde tan lejos aquí. Mientras espero mi turno observo el vestíbulo, ya me empieza a asomar la sonrisa. Hay algunas máquinas para disfrutarlas, pero me detengo en la primera vitrina: veo una hermosa amalgama de juegos clásicos con algunos homebrew actuales. Un poco más lejos ordenadores históricos como el ZX Spectrum +2, Amstrad 664 y el pequeño Commodore PET. Tras pagar mi entrada, aunque lo considero más un donativo para que este museo se mantenga para siempre, veo la sala polivalente donde se dan las charlas (Arcade Vintage Talks). Junto a ella, varias máquinas sobre juegos actuales como Eternum EX y Tamiku. También está Ghost n’ Goblins, huyo de él, demasiado para mis habilidades.

Información de precios y horarios aquí.

Pasen y disfruten

Una cortina negra da paso a un pequeño túnel de luces policromas que desemboca en el paraíso: La sala principal del museo ¿por dónde empezar? No sé qué recreativa elegir. Por suerte la exposición de Azpiri me saca del desbloqueo, una extensa vitrina con los juegos que ilustró en aquellas míticas portadas. Los juegos serán de menor o mayor calidad, las portadas siempre impresionantes. Tras quedar satisfecho con este homenaje al magnífico ilustrador veo que estoy al principio del primer pasillo de los tres existentes; aquí se encuentran los ordenadores y consolas. Un acierto del museo que no sólo se centre en las recreativas. Pero intuyendo que las máquinas van a ser las más solicitadas y ahora están casi todas libres, dejo los aparatos domésticos para después.

Locomalito & Gryzor87

El mueble de Tron llama a cualquiera que conozca Flynn’s, además de averiguar por fin cómo eran los controles de esta singular máquina: palanca futurista para moverse y paddle para apuntar, todo ello rodeado de hermosas luces neón azules. A continuación viene la trilogía Locomalito y Gryzor87 con Verminest, Maldita Castilla y (el que aún huele a nuevo) Darkula, una partida a cada uno es obligada. Sigue la fila con un juego de pulsadores muy curioso y los juegos de pistola como Virtua Cop y The House of the Dead (recordad disparar fuera de pantalla para recargar vuestra munición). Me despisto viendo las vitrinas con los distintos modelos de ordenadores y consolas para acabar en la zona de ordenadores. Manic Miner en un +2 me llama desde el fondo con su peculiar versión del vals del Danubio Azul.

Al fondo también hay sitio

El fondo de la sala está reservado para las máquinas más aparatosas, las que se componen de mucho más que pantalla y palanca. Varias opciones de juegos de conducción con su cómodo asiento y volante, pero al ver libre Star Wars Trilogy me dirijo a pasos rápidos, sin levantar sospechas. Casi me siento como Luke en su ala-x de no ser por todos los impactos recibidos que concluyen en una muerte prematura antes de destruir la estrella de la muerta. Antes de enfilar otro pasillo mis ojos ven ¿un juego de DJ? Pues sí, no me resisto a probarlo; al menos una partida rápida para conocer la mecánica (QTE) y hacer unos cuantos ‘scratches’.

Vuelvo al inicio para enfilar el pasillo de la derecha. Se acerca la hora de la charla sobre DAAD y no quiero pasar este día sin ver la otra exposición temporal acerca de pinballs de Antonio Ortuño. Por casualidades de la vida coincidí con él en el trabajo hace unos años; nos contaba cómo iba viviendo su sueño de construir su propio pinball del Capitán Nemo desde cero y sus locos viajes para entregar las máquinas a sus clientes. Es una alegría ver que sigue cumpliendo su sueño. Aquí en Ibi podemos ver los diseños originales de su máquina y cómo evolucionaron hasta el producto final, así como peculiaridades de la fabricación de estos muebles. Como no, a su lado está la zona de pinballs. Nunca fui muy aficionado a ellos pero algunos como Faeton y Canasta 86 son fáciles de reconocer, invadían los bares en los ochenta.

Los clásicos

Donkey Kong y Pac-man. Los Reyes

Doy media vuelta para irme y me topo con Pac-Man, tengo que jugar al menos una pantalla antes de la charla. Después de más de 30 años me sigue llamando esta máquina, que lidera toda una fila de muebles clásicos: Scramble, Defender, Breakout, … La charla se retrasa media hora porque falta gente por venir por el pequeño caos de las fiestas y la falta de aparcamiento. Vuelvo rápidamente a cruzar el túnel y entro al pasillo de en medio, una auténtica locura, aquí podría pasar el día entero sin moverme apenas unos centímetros cada vez: Bomb Jack, Out Run, Green Beret, Space Encounters que llama por su mando inspirado en Star Wars. Al darme la vuelta: Operation Wolf, mi vista no tiene el mismo acierto que cuando necesitaba de un taburete para jugar al clon Operation Bear, pero sentir el retroceso de la Uzi me lleva de lleno a aquella sala de recreativos.

A su lado, la parada obligatoria si venimos en grupo; están las máquinas de múltiples jugadores como Teenage Mutant Ninja Turtles, Crime Fighters, Los Simpsons o Super Off Road (¡qué delicia hacer los giros de 180º con ese volante tan bien engrasado!). Para terminar el pasillo, un curioso Ghost Town que desconocía donde disparamos con una escopeta a unas dianas, como si estuviésemos en una feria; y Afterburner. No es la cabina integral, pero sus vibraciones cuando te golpean los misiles enemigos duelen igual en el orgullo. Quedan apenas unos minutos para que comience la charla, sigo admirando vitrinas de exposición cuando descubro medio escondida la Vectrex, todo un hallazgo hoy en día. Por mucho que te cuenten la experiencia debes vivirla por ti mismo para gozar su pantalla vectorial.

Arcade Vintage Talks

Tras presentar Eduardo (miembro de Arcade Vintage) convenientemente a Jose Luis Salguero, éste comienza su exposición en la que primero nos cuenta sus motivaciones que le llevaron a embarcarse en la aventura de hacer su propio juego y editarlo: «Venganza, la sirvienta de la muerte» para MSX. A continuación nos comenta el proceso de desarrollo, que se basó principalmente en una evolución de la herramienta que usaba Samudio y compañía: el EAAD. Con este entorno tenemos organizada nuestra aventura conversacional en cómodas pestañas según las entidades que queramos programar: vocabulario, objetos, localizaciones, … Tras darles las gracias por su charla y saludarlo vuelvo a la sala principal para apurar los últimos minutos antes del cierre.

Trackball, tan fiable como el primer día en 1980

Ya ando algo desorientado con tantas idas y venidas por los pasillos, Tempest aparece delante de mí, manejarlo con el paddle cambia totalmente a hacerlo con el gamepad. Esto es uno de los atractivos que ofrece el museo a los jugadores veteranos; poder disfrutar recreativas con sus interfaces y muebles originales. Missile Command y Boot Hill son maquinas que no pude disfrutar en su momento, manejar su trackball y gatillos me emocionan a día de hoy.

Visitar Museo Arcade Vintage es una experiencia única recomendable para todos, tanto para los que nacimos con los videojuegos en aquella época como los nuevos jugadores que descubren esta parte de la historia. Todo está pensado para disfrutar en familia, todo el día o a media jornada; hasta hay taburetes por si los más pequeños no llegan a los mandos. Ya no hace falta que se turnen los niños para sujetarse los unos a los otros.