El modo 7 y las carreras
Juegos como F-Zero y Mario Kart explotaban a las mil maravillas el famoso Modo 7 del cerebro de la bestia. Esta peculiar característica de la máquina de Nintendo casaba perfectamente con este estilo de juegos, Namco y Malibu Interactive hicieron su peculiar versión con Battle Cars, ambientado en un futuro post apocalíptico. Para variar, el planeta Tierra se ha vuelto bastante inhóspito gracias al uso inconsciente de todos sus recursos. Sólo quedan estas competiciones de coches ‘tuneados’ para entretener al personal .
El rey de la pista
Desde el menú de inicio podemos configurar varias opciones para dejar el juego a nuestro gusto, sobre todo para la opción de 2 jugadores, que puede ser tanto en modo versus, como cooperativo. Al comenzar la partida podremos elegir tanto vehículo como color, aunque las diferencias sólo parecen ser estéticas. Todos mantienen las mismas características.
Las opciones de control son también variadas, a lo habitual de acelerar y frenar (para los ‘flojos’), tenemos la posibilidad de saltar, derrapar, e incluso girar media vuelta para enfrentarnos directamente a nuestros perseguidores mientras seguimos conduciendo marcha atrás. Adicionalmente dispondremos de botones para disparar y cambiar de arma. A nuestra disposición tendremos un disco letal que rebota contra los límites del circuito, un misil perseguidor o una granada.
Nuestro objetivo será ganar a todos los que osen enfrentarse a nosotros. Recorreremos 9 localidades (si elegimos el nivel de dificultad normal) y en cada una de ella tendremos 2 partes. La primera será una carrera contrarreloj contra enemigos normales. Si terminamos antes que se acabe el tiempo, los segundos restantes se convertirán en créditos que podremos usar para mejorar nuestro armamento. También podemos recrearnos en ir eliminando el resto de vehículos, pues nos recompensarán con dinero que servirá para mejorar partes de nuestro coche como: motor, turbo, ruedas para mejor agarre, salto, … Pero no nos podremos detener mucho en este aspecto, cuando el reloj esté cerca llegar a su fin, la pista se llenará de unas extrañas naves que irán directas a por nosotros para echarnos de la pista; esquivarlas será tarea difícil.
Sólo puede quedar uno
Para la segunda parte nos enfrentaremos al ‘boss’ de cada ciudad. Con una dificultad incremental, tendremos que dar dos vueltas a un circuito (diferente cada fase). El primero en cruzar la meta será el vencedor. Si somos nosotros, podremos viajar al siguiente destino. Si perdemos, podremos decidir si repetir este enfrentamiento o volver a la primera parte para conseguir dinero o crédito para seguir mejorando nuestro coche.
Las continuaciones son ilimitadas, sin restricciones, y tiene su explicación.
Salir victorioso de este enfrentamiento parece ser más cosa del azar que de nuestra habilidad. La jugabilidad en este punto flojea bastante. Da igual lo bien o mal que hagamos la primera vuelta e incluso parte de la segunda. Al final lo que decidirá el ganador será cuestión de los últimos instantes, si conseguimos alcanzar al rival con nuestras armas para frenarle y así cruzar nosotros primero la meta.
Da igual los numeroso choques que tengamos al principio de la carrera, e incluso si recorremos parte del circuito en sentido contrario; a nada que hagamos un sector bueno alcanzaremos al rival. De la misma manera, aun haciendo una vuelta casi perfecta notaremos que el ‘boss’ sigue a nuestra cola e incluso que sus secuaces van directos a por nosotros para entorpecernos. En vez de premiar/penalizar nuestra conducción todo se resume a lo que ocurra en las últimas curvas.
Modo Misterioso
Si conseguimos acabar el juego en el nivel más difícil, se nos informará una combinación a realizar en el menú inicial para activar el modo misterioso desde las opciones de configuración. Ahora al empezar la partida el punto de vista será desde arriba en vez de desde atrás. Con esta vista cenital casi que podemos disfrutar de un nuevo juego al cambiar totalmente la perspectiva, que además tiene su ventaja de poder ver las curvas con mayor antelación e incluso ver lo cerca que está nuestro rival para soltar un misil que le frene antes que nos adelante.
El marcador en pantalla es simple, pero muestra la información necesaria: La distancia hasta la meta (o la separación contra el boss), la velocidad de nuestro vehículo o el arma seleccionada. La barra representa nuestra energía; el color de la misma, nuestro escudo. Mientras esté en rojo no perderemos energía, pero cuando se vuelva gris, por los choques recibidos, empezará a reducirse nuestra energía. Además el turbo quedará inutilizado e iremos sólo a velocidad normal. Pasados unos segundos se restablecerá nuestro escudo (a rojo brillante) y se volverá a activar el turbo de manera automática. Mientras tanto podremos disfrutar de la genial música Rock que acompaña al juego sin descanso.